sábado, 14 de octubre de 2017

¡BIENVENIDOS!

Hola a todos. Mi nombre es Inmaculada Martínez Marín, tengo 39 años y soy madre de dos niños, Pablo de 9 años e Inma de 8. Soy pediatra y desde hace siete años desarrollo mi trabajo en atención primaria.
Me decidí a hacer este blog por una  necesidad. La necesidad que a diario me surgía en la consulta, de poder dar información a las familias de mis pequeños pacientes y que en  consultas citadas cada siete minutos me era imposible ofrecerles.
Por suerte hace unos meses tuve problemas de salud. Digo “por suerte” porque a pesar de que al principio me generó mucha confusión y sufrimiento todo el conjunto de síntomas que presentaba, se convirtió en una oportunidad para poder conocer y entender desde un punto de vista médico
algo que entre la comunidad médica hoy en día aún es poco conocido. Me refiero a la Histaminosis crónica.
Siempre me he considerado una persona fuerte y vital y he llevado una vida sana. Pero desde hacía unos años mi estado de salud se deterioraba progresivamente. Al principio con afecciones esporádicas y leves que no hacían levantar mis sospechas, pero que poco a poco, a la vez que iban apareciendo múltiples síntomas se fueron agravando, hasta el punto de generarme la sensación de ser una persona achacosa y enferma. Me asusté. No sabía a qué me  enfrentaba y por qué me ocurría todo aquello. Lo peor de todo, es que como médico no tenía un diagnóstico que explicara lo que me ocurría y tampoco mis compañeros de profesión tenían respuestas para mí. De forma casual y como ocurre la mayoría de las veces, observé que parte de mis síntomas mejoraban con un  antihistamínico, a pesar de que no padecía ninguna alergia previa. Decidí “escuchar” a mi cuerpo y estar pendiente de todas las señales que me enviaba y así objetivé cómo determinados síntomas se relacionaban con la ingesta de determinados alimentos, que sistemáticamente al comerlos, remedaban los síntomas  y cómo también mi estado de estrés los acentuaba.


Esta observación minuciosa me llevó a una búsqueda emocionante. Así fue cómo descubrí la Histaminosis crónica. A pesar de que  existen pocas referencias bibliográficas y es un tema en vías de estudio aún, encontré artículos científicos que empiezan a reconocer la existencia de esta afección emergente y demasiado frecuente.
Para mí, saber de la existencia de este trastorno ha supuesto un cambio global en mi vida. Me ha  ayudado a adquirir nuevos hábitos de vida para mí y mi familia mucho más saludables de los que tenía; tener mucha más conciencia de cómo nuestro medio nos puede hacer enfermar; adquirir un conocimiento que ha cambiado mi enfoque a la hora de entender la enfermedad y poder dar sentido a  afecciones que padecían mis pacientes, que en otro momento, ni me cuestionaba que podían tener otro origen diferente que no  fuera su propia genética.
Conocer la existencia de este trastorno puede ayudar a personas que no encuentran soluciones a sus problemas de salud. Algunas enfermedades de la vida adulta ya empiezan  en la infancia de forma larvada. De ahí la importancia de la prevención. Conocer los riesgos a los que nos exponemos que van implícitos en nuestro estilo de vida se hace fundamental para poder actuar en consecuencia.

Es por todo esto por lo que creo este blog. Para poder compartir todo lo que  he aprendido y poder aconsejar a mis pacientes y a todo aquel que lo pueda necesitar, para contribuir así a que sus vidas sean un poquito más sanas.