Hoy antes de nada, quiero agradecer a amigos,
compañeros y pacientes que me enriquecen con sus ideas y aportaciones,
contribuyendo y haciendo que este blog sea más completo y mejor para todos.
¡Muchas gracias a todos! J
Cada vez son más numerosos los estudios científicos
que ponen de manifiesto la estrecha relación que existe entre el tipo de
alimentación actual y enfermedades de nuestro tiempo como el cáncer,
enfermedades cardiovasculares, Alzheimer, trastornos de conducta/agresividad, trastornos
por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), osteoporosis, obesidad y un
largo etcétera. En concreto en los trastornos de conducta y TDAH en niños,
hablan de desequilibrios en la alimentación -ingesta de azúcares, carencias
nutricionales de vitaminas, minerales y ácidos grasos esenciales y posibles
alergias o intolerancias alimentarias-, como uno más de los posibles factores
etiopatogénicos. La alimentación puede resultar un arma de doble filo. Por un
lado como un factor más, generador de estos procesos y por el contrario, a la misma vez, si se
hace correctamente, un arma poderosa para combatir y minimizar los efectos de
estas enfermedades y en muchas ocasiones curarlas. No solo se ve el efecto beneficioso en el caso de
enfermedades. Tomando una nutrición óptima, es decir, lo más completa, variada
y equilibrada posible, podemos obtener de ella todos los nutrientes que
nuestras células necesitan para desarrollar correctamente sus funciones
metabólicas. Así permitimos que nuestro cuerpo esté tan sano como sea posible y
que nuestras funciones se potencien al máximo: mejorar la concentración, el
equilibrio emocional, el coeficiente intelectual y la memoria; aumentar la
capacidad física, mejorar la calidad del sueño, mejorar la resistencia a las
infecciones y enfermedades y en general ampliar el tiempo de vida sana.
No me cabe duda que los tratamientos que manejamos
hoy en día en la medicina moderna, tienen su utilidad y beneficio, siempre y
cuando se usen de forma racional y adecuada. Pero creo que es posible, a través
de la correcta nutrición, aportando nutrientes esenciales, mejorar nuestras
funciones biológicas y minimizar muchos de los trastornos que padecemos.
¿Si usted supiera que modificando la dieta de su hijo/a,
diagnosticado/a de TDAH, podría mejorar su rendimiento intelectual y su concentración, no
lo intentaría? Creo que sí merecería la pena. Ese cambio a mejor siempre será
beneficioso y si no se obtienen los resultados esperados siempre se puede recurrir
al tratamiento farmacológico. Intentemos mejorar nuestra alimentación y la de
nuestros hijos. Nuestro cuerpo nos lo agradecerá.
En el apartado de "Alimentación" os hablo de forma general
de los beneficios de una dieta completa
y equilibrada. No olvidéis consultar el “Decálogo de la nutrición óptima”.